terminé bastante mal.
Más me hubiera valido
haberme dado por vencido
y seguir por siempre perdido
en mi desdicha habitual.
Y ahora qué,
tú no me llamas
y yo salgo a la calle a maullar.
No puede ser
que por las ramas
nos andemos tu y yo
habiendo camas
y miles de besos por besar.
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