Él,
prácticamente un adulto,
camino de la universidad.
Yo,
prácticamente un niño,
camino de la oficina.
Ambos,
nos cruzamos en la calle,
como cajas vacías,
en cintas transportadoras,
que van hacia ninguna parte.
Va como lo siento, según sale de mi cabeza, o de mi corazón, que también piensa por si sólo, aunque pocas veces tenga razón. Va sin forma, o con la forma que tenía cuando nació, si rima, rima, si no, pues no.
A la vuelta de la esquina
Así,
como un árbol
muere alcanzado por un rayo,
así,
murió ayer uno en mi pueblo atropellado por un Golf.
como un árbol
muere alcanzado por un rayo,
así,
murió ayer uno en mi pueblo atropellado por un Golf.
Y no llamas
El día que te conocí
terminé bastante mal.
Más me hubiera valido
haberme dado por vencido
y seguir por siempre perdido
en mi desdicha habitual.
Y ahora qué,
tú no me llamas
y yo salgo a la calle a maullar.
No puede ser
que por las ramas
nos andemos tu y yo
habiendo camas
y miles de besos por besar.
terminé bastante mal.
Más me hubiera valido
haberme dado por vencido
y seguir por siempre perdido
en mi desdicha habitual.
Y ahora qué,
tú no me llamas
y yo salgo a la calle a maullar.
No puede ser
que por las ramas
nos andemos tu y yo
habiendo camas
y miles de besos por besar.
Amor y odio
La vida
es un perro de mentira
que te muerde si te cansas de correr.
La acabas odiando
si sigues corriendo,
y amarla es dejarse morder.
es un perro de mentira
que te muerde si te cansas de correr.
La acabas odiando
si sigues corriendo,
y amarla es dejarse morder.
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